lunes, 9 de enero de 2017

Mi vecina

Ha pasado una semana desde que finalizó diciembre, el mes de la unión y la fraternidad, añorado por muchos y de nostalgia para otros. Mes en el cual visitamos a los familiares y amigos, donde todos los días son de fiesta.Pero hay un día en especial, 31 de diciembre fecha en que algunos organizan sus compras y comidas alrededor de la familia; es el reencuentro de amigos que desde tempranas horas arman los equipos de fútbol o chequita que se van a enfrentar por el preciado trofeo de una canasta de cerveza. Todos ganan, todos beben, es 31. En la tarde todos van a sus casas, se engalanan con sus pintas más preciadas, siempre al calor de unos traguitos, como si se diera una orden todos van saliendo a sus puertas, todo dispuesto: tragos, música, comidas y la alegría se apodera del lugar.Héctor Lavoe con su tema “Todo tiene su final” presagia la terminación del año; entonados algunos o casi ebrios, tocan palmas al escuchar la melodía infaltable de esta fecha: “Faltan 5 pa las doce”, comenzamos a juntarnos a esperar ese momento de poder abrazar a los familiares presentes y desear un Feliz año Nuevo.
Este es un día que hacemos el balance de la cosas buenas y malas que nos sucedieron durante el año y no había de terminar pensando en las malas cuando de pronto apareció ella…mi vecina, la que durante todo el año había hablado mal de mí, la  que utilizo mi nombre como las olas del mar.
Acercándose sigilosamente abrazó a todos y llegó a mí con un gran abrazo, deseándome un feliz año lleno de gozo y pensé: “sí de gozo con lo mal que usted habla de mí”.     Al fondo sonó enseguida la canción Festival en Guararé que me quitó esos pensamientos y me dije voy a seguirle el consejo a la vecina, me iré a gozar porque ya vienen los carnavales, que de su lengua este año tampoco me libraré.

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