sábado, 4 de febrero de 2017

Dame el vuelto



Cuando estamos muy pequeños,  nuestros padres esperan que pronto crezcamos para mandarnos a hacer los mandados a la tienda más cercana, así ellos no tiene que salir y mucho menos dar la cara cuando de fiar se trata. Al llegar ese momento que con ilusión anhelamos, nos van dando responsabilidades inicialmente muy pequeñas y a medida que nos vamos volviendo diestros, incrementan el volumen de las compras.
Sabemos contar y comprar y en ocasiones vemos la oportunidad de no entregar las vueltas (os), por olvido o por querer apropiarnos de esas pocas monedas. En muchas ocasiones se volvió costumbre esa práctica y muchas  veces es festejado por los mayores, donde se decía hasta con orgullo “ese pelao si es listo”.
Hoy cuando la situación del país es un poco complicada en materia de seguridad ciudadana, analizó que unos de los fenómenos de la criminalidad son entre bandos ilegales y “amigos” que se unen para un acto delictivo y entre ellos se matan… por inconformidad en la repartición del botín o alguno que no dio las vueltas (os).
Por lo anterior desde mi perspectiva, yo trato de contribuir a mi manera en este problema desde mi hogar, pidiéndole a mis hijos cada vez que hacen un mandado regresen las vueltas (os) aunque casi siempre se molesten.
Mi padre siempre me lo exigió y creo que logró influir en mi forma de ver las cosas y a rendir cuentas en todas las diligencias realizadas.
Con esta acción pequeña con nuestros niños (as) quienes serán los hombres y mujeres del mañana y con una suya, amigos lectores y de muchas más personas, lograremos bajar los índices de inseguridad y de seguro tendríamos una ciudad más justa y tolerante.
  


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