En
una mañana hermosa con el cielo despejado y con bastantes nubes blancas que
parecían unas almohadas, me sorprendió ver una nube negra en medio de todas, a
lo cual exclamé que extraño!.
Después
de inspeccionar las labores diarias del campo, decidí regresar. Ensimismado en
mis pensamientos, subiendo una loma, escuche cuando me dijeron compadre,
nuevamente lo hicieron, esta vez un poco más fuerte, detuve mi marcha y en unos
minutos se me acercó una mujer, era mi comadre.
Después
de un breve saludo, la note nerviosa, más bien iracunda, le pregunté: ¿qué le
pasa?
-Respondió
enseguida, su compadre ahora se cree un chupaflor enamorador, pero lo voy a
matar!!!... me acaban de decir que está ahora mismito con una mujer. Por favor
compadre lléveme, lléveme.
Me
rasque la cabeza, en que me metí pensé, bueno comadre móntese, yo la llevo
a ese lugar, pero no vaya a matar a mi compadre, porque me mete en un lío.
- - Lo
mato, juro que lo mato.
Encendí
el carro, tome el camino más largo para llegar allá y en una tienda cercana la
invite a un refresco, a regañadientes lo aceptó, miraba el reloj.
- -Cuando
llegaremos, decía
Al
tomarse la bebida, sentí que se calmó un poco, seguimos el camino, lo hacía
lentamente como intentando no llegar. Al llegar al sitio, rápidamente se bajó
del carro e inspeccionó el lugar, como perro buscando su presa, pero no
encontró nada, mi compadre se había ido.
Yo
se lo había dicho a mi compadre, después que cambio de status y comenzaron a quedarle
unos pesitos. “Ahorre” le insistí, pero no me hizo caso; se desordenó, la
tentación número uno las Mujeres, lo atrapó.
Mi
comadre vociferó, se encolerizó y no sé porque razón sentí unos dardos en mi
cuerpo cada vez que habla, parecieran que fueran dirigidos a mí.
Entendí
al instante mi presentimiento que si hubiese visto más nubes negras, el de esa
situación fuese yo, porque también soy así.
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