Voy
a dedicar estas líneas a una de las cualidades más admiradas en un ser humano,
la de ser un buen anfitrión.
Cuando
invitamos a los amigos a nuestra casa, realizamos alguna fiesta o celebramos un
evento, queremos que todos salgan bien y “tiramos la casa por la ventana” como
dice el argot popular; después de la reunión o celebración nos sentimos
agotados, cansados y hasta a veces arrepentidos de haberlo programado.
Por
lo anterior quiero resaltar a dos personajes de este arte: SANDRA OSORIO y JOSÉ RUIZ, a ellos no le gusta visitar, pero les
encanta que los visiten.
En
cierta ocasión quedé tan encantado con la atención brindada en la casa de ellos, me sentí la persona más afortunada
por lo especial que fueron conmigo, yo era el centro de su atención, están
pendiente de todos los detalles: comida (preparadas
por ellos mismo o mandada a hacer), hay bebida, transporte y hasta lo más
mínimo; al poco tiempo, no había pasado dos semanas cuando vino la desilusión
por que vi como también atendían a otros visitantes igual como lo hicieron
conmigo.
Durante
un tiempo estuve inquieto, tratando de entender la situación, ya que a veces
quiere uno estar en el lugar privilegiado dentro de los amigos.
Hasta
que pude entender que el corazón de estas personas es tan grande que hay cabida
para todos, porque ese es su arte, el de hacer sentir bien a las personas
No
todos hacemos lo que ellos realizan a la perfección ¨Ser un buen Anfitrión¨,
entregan todo lo que tiene y no tienen para complacerte en todo, son buenos
cocineros, conversadores, agradables y nunca se cansan, de ser posible todos
los días aceptarían gustosos tener visitas de sus amigos.
Cada
uno en su estilo, esperan que sus amigos hagan turno para que nuevamente los
visiten, ya que ellos mueren en su ley “no les gusta visitar”, su pasión es
atender.
Al
igual que yo muchos queremos corresponderle sus atenciones, pero no dejan.
Así
que BENDICIONES para ustedes por abrirnos su corazón.
Por: Giovanny Ferrer C.
Giovanny Ferrer y José Ruiz. |
Excelente relato
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