En las calles de mi bella Barranquilla vemos como las árboles frutales
dan sus frutos. En esta época de cosecha, el mango es la fruta preferida para comerla
en distintas variedades y presentaciones, jugos, dulces, picadas,postres, etc. Los hay de chancleta, de azúcar, filipinos, de hilaza y hasta clones de la variedad del mango manzano y mango Reina, entre otros.
Es
tanto el mango que hay que ya poco les
prestan atención, los encontramos aporreados en las calles y hasta los dejan que se
pudran; escuchamos comentarios “es que ya estoy aburrido de comer tanto Mango”. Este
grupo que es bastante numeroso (los aburridos), no le ven la importancia por tener las cosas en
abundancia, pero cuando escasean son los primeros en añorarlas. Hace muchos
años se hizo una campaña para arborizar la ciudad con árboles frutales, para obtener
sus frutos y su sombra, después de realizada hoy dicen que estos ensucian la
ciudad.
Por
el contrario hay un pequeño grupo que a pesar de no ser los dueños de estos
árboles, viven de la recolección de estos frutos, los vemos desde tempranas horas recorriendo las
calles en carretas, para después
comercializarlos y así obtener algunos pesos para su sustento.
Otros
más aventajados piensan en una despulpadora de frutas para convertirla en
pasta, para su posterior conservación y venta cuando haya pasado la época de
esta fruta.
Los
primeros a pesar de haber sembrado sus árboles y en algunas ocasiones les nacen
y les han crecido otros casi que de manera silvestre, no les dan la importancia
cuando tiene abundante frutos, porque creen que la cosecha siempre va a estar
ahí, no han pensado en atesorar eso frutos, que se los han puesto para su
deleite y su sustento. En
el ahorro y darle valor a las cosas que hoy tenemos están muchas de las
bendiciones venideras que siempre anhelamos tener.
Es
necesario valorar todos los frutos que
nos brinda la naturaleza, comerlos, disfrutarlos, saborearlos y conservarlos
en refrigeración para los días venideros, de esa manera sencilla disfrutamos
nuestro presente y aseguramos nuestro futuro a través del deleite de un jugoso mango.
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