domingo, 13 de agosto de 2017

Dulces momentos!!!!

Después de dos años de no ver a mi hija mayor, quien está fuera del país, llamó un día para decir que venía  a casa de visita, contento con la noticia, comencé a hacer el cronograma de actividades que realizaríamos con ella y las cosas que le ofreceríamos para su estadía en la ciudad que la vió nacer.
Acercándose la fecha del viaje conversamos y me dijo que lo único que quería era volver a comer las muñequitas de dulce  (dulce de arequipe) que yo le llevaba cuando niña; me sorprendí por el pedido, el cual quiero confesar no lo tenía registrado en las cosas que quería ofrecerle, salí a buscarlo, con tan mala suerte que no lo encontré... el sitio donde lo compraba había desaparecido.
El día que ella llegó fue por lo primero que me preguntó, para salir del paso le dije en esto días te lo traigo,  la verdad era que estaba en un verdadero apuro pues  aun no los tenía, hasta que por fin los encontré; había que traerlas de Cartagena porque aquí no lo hay me dijeron los dueños del establecimiento. Tráigalos le dije pero que sea  pronto!!
En esa misma semana me trajeron el encargo, me presenté con mi estuche en el cual iban las muñequitas de arequipe y cuando se las entregué, vi en sus ojos una alegría, las tomó con tanta ternura y llamó a su hermana también mayor de edad y entre las dos comenzaron a evocar situaciones en torno a ese pequeño dulce, tantas emociones se confundieron en un solo abrazo, para ellas era el regalo más preciado.
Realmente me sentí como el autor de una canción que la hace para plasmar sus sentimientos pero no espera que esa  canción perdure en el corazón de todos.   

Habían pasado algunos años y ese recuerdo estaba tan presente, que se impregnó profundamente en sus corazones, decidí en ese instante continuar lo que sin querer había empezado, entonces a mi hijo menor también le lleve de ese mismo dulce, ahora si con la esperanza que en los próximos años culmine mi gran obra maestra, eternizar a través de un dulce ese cariño hacia mí, que ya había logrado en mis otros hijos. Me quedó entonces una lección de  vida, son esos pequeños detalles los que perduran en el corazón de los niños y se convierten en  bonitos recuerdos cuando abandonamos la feliz etapa de la niñez.

Giovanny Ferrer Castillo 
Colaborador

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