lunes, 16 de octubre de 2017

Las vueltas de la vida

En una conversación que se dio en días pasados, escuchaba como un compañero de trabajo se quejaba del trato que recibió por parte de una ex compañera de labores cuando le fue a solicitar un favor; casi que ignorándolo, le mando a decir que “no lo podía atender porque estaba demasiada ocupada”. 

Lo cual hasta puede ser entendible, pero ¿por qué no lo citó para otro día? o ¿le envió su número de celular   o  el número de su extensión en la  oficina para que la llamara más tarde? Viéndolo de esta manera  resulta  incomprensible.
No  quiero imaginar  si lo hace con alguien con quien compartió durante años un espacio y objetivos comunes, ¿cómo será el trato hacia otra persona que ni siquiera conoce? Sus razones tendrá ojalá no sea soberbia,  altivez u orgullo.

La vida es de picos, unos altos y otros bajos, por eso la humildad debe ser nuestra mejor cualidad, hay que cultivarla, esto es un paseo en el que nos podemos volver a encontrar a esas personas que hoy ignoramos en otras condiciones.
Como ejemplo tenemos a nuestro  vecino país,  hace unos 35 años aproximadamente se ufanaba de su poderío, pues tenía una  economía estable basada en el petróleo que poseen. En Venezuela la prosperidad reinaba, abundaba el empleo, esto lo convirtió en el epicentro de los países vecinos; por la cercanía muchos colombianos, fueron a allá a ofrecer su mano de obra con la esperanza de un mejor vivir.

Para algunos no fue una estadía agradable recibieron humillaciones, maltratos y en algunos casos su dignidad fue pisoteada por los venezolanos. Pero como da vueltas la vida;  Venezuela en su transición ideológica y política, se encuentra inmersa en una escasez de alimentos y oportunidades laborales y sus nacionales han tenido que venir a Colombia a buscar las cosas mininas vitales para su subsistencia, hoy es el caso contrario.
Por eso  los colombianos debemos tener un trato respetuoso y digno para  aquellos hermanos del vecino país que están pasando una situación un poco difícil en sus vidas, no maltratarlos, ni estigmatizarlos, ya que no podemos olvidar que ellos también les tendió la mano a muchas familias colombianas que en su momento lo necesitaron. 

Este capítulo nos enseña que los tiempos y las situaciones cambian, por eso es importante tener siempre un buen trato con  todas las personas. Además demuestra que en Colombia hay gente generosa, amable y servicial y que los buenos somos más!!.

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