jueves, 16 de julio de 2020

Un zoológico en Tubará


Pensando en los conceptos de cultura e idiosincrasia  de los pueblos, para recrear mis escritos, recordé un hecho que en el momento no fue de mi agrado y que me llevó a manifestar el descontento por la forma de “ofender “ a la gente, creía yo; es simplemente un suceso con mi padre, donde  un ex compañero de trabajo al preguntarme  por él, no lo relacionó con su nombre Elías Vargas, si no por su apodo de “El Burro Elías”, después de enviarle saludos, también se acordó del Mico.


El  apodo que caracteriza a  la  familia Vargas Carpintero,  se lo debemos a mi abuelo, quien en ese momento no tenía animal de carga y le tocaba  echársela  al hombro, por lo cual se jactaba al decir que tenía más fuerza que un “Burro”, de ahí que quedara bautizado con este remoquete.

Aunque no se trata de la creación de un zoológico como el de Barranquilla o el de Cali, con animales salvajes y exóticos, si hacemos un recorrido por las calles de Tubará, podemos encontramos  al Caballo, la Ardilla, el Conejo, los Pollos, la Gallina, el Gallo, el Tigre, El Panda, la Babilla, el Sapo, el Gato, el Perro, la Zorra, el Tucán, el Barraco, el panda, el torcazo, el pavo,(los más populares y que a mi memoria vienen), caminando tranquilamente, lo que parece  un  Zoológico, tal vez  lo es, pero de apodos. Y eso que de aquí se nos escapó un pájaro… El pájaro Carpintero para alegrar con su fútbol en otras tierras.  

Tubará es de esos pueblos tradicionales dónde todos se conocen, y la camaradería y la mamadera de gallo hacen parte de su diario vivir, y la mayoría de la gente tiene su apodo a excepción de un señor que se ufanaba de ser el único que no tenía apodo, y se quedó “el único”.



martes, 23 de junio de 2020

José Félix: el Turpial de Tubará


En la vida uno conoce tanta gente, que llega el momento en que olvida, sin olvidar, puede hasta no recordar los nombres, diciendo yo lo conozco, pero su nombre se me escapa; a veces las imágenes de esas caras se nos pierde  en el recuerdo, quedando en un limbo momentáneo o permanente.

Sin embargo, hay personas que son difíciles de borrar de nuestra memoria, es el caso de  José Félix González Molinares, un campesino, férreo, trabajador, audaz y auténtico, que ha trabajado la tierra desde que era un niño para ayudar con el sustento de su familia. Así, sembrando maíz, yuca, guandú, millo y otros cultivos que a su mano tuviera, crió a  ocho hijos, con la ayuda de Alba su esposa,  de los cuales uno falleció. Con 80 años, plasmados en sus arrugas, sus ásperas manos, que el tiempo, el cansancio y el machete  ayudó a endurecer ha vivido toda su vida, sin grandes pretensiones.  Este tubareño, nacido en el corregimiento de Guaymaral, ha visto pasar muchas  generaciones, con el afán propio del hombre que debe mantener la familia a fuerza de pulso y sudor. 

No aprendió a leer, tampoco a escribir, pero a la hora de inspirarse, Dios le regaló un don que pocas personas tienen, sus versos le aliviaban las jornadas extenuantes  cuando al templar el sol,  la tierra se volvía un horno y buscaba el amparo de algún árbol; o cuando bajo la lluvia, sus abarcas se hundían en el barro pegajoso y resbaladizo, que le hacía a veces maldecir sin querer.  Podemos decir que es el único y el último decimero o poeta natural que hay en estas tierras de lomas y palmares, por eso es conocido como el Turpial. Su talento poco apreciado, valorado y reconocido, lo más lejos que lo ha llevado es a Cartagena, pero aun así se siente orgulloso de representar al municipio de Tubará, (Atlántico,  Colombia) en cuanta actividad cultural y folclórica lo inviten, a veces por sus propios medios ha estado en Usiacurí, Baranoa, Puerto Colombia.
Tiene una simpatía  y una picardía natural, reflejada en sus ojos claros, que se iluminan al recordar la presentación que hizo en un hotel bonito, según sus propias palabras. El hotel al cual se refiere es el Hotel del Prado, en un evento al que fue invitado “por la mismísima Gobernación” lo dice con orgullo.
De joven aprendió a tocar guitarra, cantaba rancheras y valses de Javier Solís y Julio Jaramillo, ya entonado se iba a dar  serenatas  en esas noches en que la luna acompañaba al enamorado que lo convencía para cantar alguna canción a su enamorada. En esa época en que no había luz, los caminos se aprendían por instinto,  las casas  no quedaban a cuadras, sino a metros de lomas  y portones de palo, sin embargo todo era más tranquilo. Se graduó de médico tradicional,  herencia de sus antepasados indígenas, aprendió a curar  porque en las hierbas está el secreto de la vida,  camina diariamente por el monte buscando estas plantas para sus pacientes, a quienes ha curado según él  de próstata, diabetes, entre otras enfermedades lo que le genera una fuente de ingreso.
Tiene un sueño y es ver su imagen en un afiche o una pintura, en el que la Alcaldía de Tubará le reconozca su valor cultural y folclórico, mientras tanto seguirá improvisando versos, para robarle alegría a las tristezas en estos  tiempos difíciles.




miércoles, 17 de julio de 2019

Travesuras : historias con los amigos


Son los momentos que vivimos con los amigos de infancia los que nos hacen agradables los reencuentros.

La casa de Alberto por ser de esquina se tomó como punto de encuentro, se organizaban las salidas  y el lugar donde se acopiaba las ropas que se iba a utilizar, para salir de allí en caso de no conseguir el permiso de los padres o familiares.
Era sábado en la tarde, se veía venir a los inseparables amigos David cachi, Nacho y al flaco Alberto, los tres al caminar hacían la forma de M, por que dos de ellos eran bastante alto y el del medio más pequeño. Apenas llegaron dieron la pauta de lo que se iba a hacer al día siguiente que era el inicio de los pre carnavales de la ciudad.
Bien temprano salí con ropa deportiva (bermudas y camisetas) y me encuentro con el flaco quien al verme, me regañó, no joda “pónganse elegante que uno nunca sabe lo que va a pasar”.  Me cambié a regañadientes, cuando llegué ahí  estaban todos elegantes y olorosos a perfume.  
Nos vamos para el Barrio Simón Bolívar, más específicamente al baile Derroche Juvenil, arranquemos de una para llegar de primeros. La consigna se cumplió, había suficiente recursos para gozar ese día, desde la mesa conformada por 7 de nosotros, le comenzó a bailar el ojo al flaco, el enamoradizo del grupo. David cachi lo sabía y mando a Nacho a que consiguiera algunas chicas, se las fue mostrando una a una hasta que él escogió;  Nacho con su habilidad para hablar y bailar se acercó al grupo donde estaba la chica escogida y el flaco asintió, mientras los dos Rafa: Machado acelerado por bailar y Paipilla ordenando el trago  tomar. Al rato habían 15 personas en la mesa, los encantos de las chicas enamoraron al grupo, picadas, bailes y todo lo que solicitaron se les concedió hasta bien entrada la noche.
Al momento de regresar a la casa nos dimos cuenta que habíamos quedado sin plata, “¿cómo así que nos vamos a pie para la casa?”, exclamó Richard !!.. ni modo andémonos que el camino es largo. En esa época no había celulares para llamar y pedir dinero prestado o que nos pagaran el taxi en la casa.
La única sensación que nos quedó a la hora de la despedida y que a pesar del cansancio por la caminata que nos esperaba, era la esperanza de volverlas a ver nuevamente el próximo domingo.

 De esos momentos vividos recordé otro al lado de mi amigo inseparable el Flaco Alberto:
Aquí solamente falta Javier para que esto se ponga bueno, insistía el flaco Alberto, de tanto invocarlo apareció él, si Javier, sonriente y fue recibido con un fuerte abrazo.
Alberto en plan de conquista con la dependiente de la tienda, una joven del interior del país bastante agraciada, que al verla se levantó inmediatamente para hacer el pedido de unas cervezas y de paso aprovechar para hacer coqueteos, a los cuales ella respondía con una sonrisa picarona.
Después de entregar el pedido a cada uno de nosotros, el siguió de miradas con la niña, lo que no le permitió ver donde se iba a sentar, en ese momento Javier le sacó la silla y allá fue a caer Alberto con las piernas arribas, tremendo porrazo se dio. Todos comenzaron a reírse, las carcajadas continuaban, el comenzó al levantarse lentamente, mirando a especialmente a la niña con quien minutos antes coqueteaba, la cual estaba de frente, y esta vez la sonrisa picarona, se convirtió en burla sarcástica.
Javier eso no se hace, repetía insistentemente, tanto pedir que aparecieras y me haces esto precisamente delante de la chica.  Santo remedio para perdernos de esa tienda, aunque la joven aun pregunta por el muchacho que se cayó
 
Por: Giovanny Ferrer C.
 Colaborador



jueves, 13 de junio de 2019

A mi amada : Tristes pensamientos de un viudo


Ha muerto mi esposa, el médico  me acaba de dar la noticia de su fallecimiento, se me nubla el pensamiento, brotan de mis mejillas unas incipientes lágrimas, no sé qué hacer, me siento destruido, solo, aislado, no pensé  que esto me sucediera tan pronto;  escuchar el llanto de mis familiares cercanos  me vuelve a la realidad.
Han pasado 8 días de aquel día aciago para mi vida, hoy en compañía de mis tres pequeños hijos que son el retoño de esa unión, la verdad no sé qué haré. He pensado en el suicidio como vía de escape, pero al sentir el roce de esas tiernas manos de uno de ellos, se esparce ese pensamiento negativo en mí.
La soledad en mi caso es buena consejera, porque me permite sentir tu ausencia y poder valorar aún más todas las cosas que juntos pasamos, es duro pero a través de los recuerdos estoy viviendo y logrando sobrellevar mi vida.
Ver crecer a mis hijos, consentirlos y acompañarlos en su etapa de crecimiento, me ha fortalecido como padre. Claro que he necesitado de una mujer que me ayude en éstos menesteres mientras trabajo, esa ha sido mi madre, mi gran aliada en el cuidado de ellos.   El más pequeño algunas veces me pregunta por ti, que como sería nuestro hogar si tú vivieras? A lo que le respondo que sería hermoso y lindo.
Una tarde al regresar del colegio, la niña me pregunta si volvería a tener una mamá al igual que sus amigas, a la que le pueda contar sus cosas, yo me quedé perplejo ante ese interrogante, no había contemplado aun esa posibilidad, la verdad sentía temor de quizás pensar en iniciar una nueva relación, le dije solo el tiempo lo sabrá.    
En la noche al intentar dormir vino a mi mente la respuesta que le di a la niña, solo el tiempo lo sabrá, resonó en mi esa frase que no pude conciliar el sueño durante  horas, pero lo  cierto es que aun a pesar de saber que estás muerta, te siento tan presente en mi vida,  tan real, es como si estuvieras  a mi lado, adormitado repetía hasta quedar profundamente dormido solo el tiempo lo sabrá…  solo el tiempo lo sabrá!!!     


Por: Giovanny Ferrer Castillo
         Colaborador   



martes, 14 de mayo de 2019

Lunes, aquí te espero!!!


Giovanny Ferrer y José Ruíz, a orillas de la Ciénaga del Guájaro. 

Al despertar, sabía que me esperaba un recorrido de una hora y media para llegar a mi destino y así iniciar mis actividades laborales. El lunes como comienzo de semana se vuelve para algunos un día aburrido, tedioso, poco agradable, por todo lo que significa trabajo, levantarse temprano, continuar la rutina y muchas cosas más. Eso creía yo también, hasta que llegue a Aguada de Pablo, Sabanalarga en el departamento del Atlántico, un pequeño pueblo caluroso, de personas amables, con su mayoría de calles polvorientas y rodeadas de una Ciénaga (la ciénaga del Guájaro).

Al recorrer todo el pueblo me sorprendí, todo era jolgorio, la música a alto volumen, las personas bebiendo desde tempranas horas, la alegría era la constante por todos los lados.
Era un día lunes y no precisamente festivo, extrañado pregunté ¿qué si eran las fiestas Patronales? a lo que me respondieron que No. ¿Si celebraban algún santo? y era la misma respuesta negativa. Entonces qué festejan?. Nada, me dijo José Ruíz, lo que pasa es que este es un pueblo de pescadores y terminan sus faenas de pescar los domingos al amanecer, por lo tanto el lunes lo toman de descanso “para tomarse sus cervezas y traguitos”, lo cual se volvió una costumbre con bastante arraigo.
Así que como se dice a la tierra que fuera, haced lo que vieras, yo lo hice convencido y entusiasmado por que dejé mis actividades laborales por un momento para adentrarme a ese mundo donde el lunes es el día más esperado.
Mientras otros trabajaban yo compartía con ese grupo de personas, en un ambiente agradable y de bastante calor humano, queriendo que no pasara el tiempo. Ya  al momento de regresar  escuché una frase que nunca olvidaré, “lunes ven pronto, aquí te espero!!!”.


Plaza Aguada de Pablo, Sabanalarga (Atlántico)

Por : Giovanny Ferrer Castillo
          Colaborador


  

martes, 1 de enero de 2019

Feliz año nuevo !!!


En la soledad de mi habitación se escucha el estruendo de voladores y  música  por todos lados,  vallenatos de antaño, porros, salsa y merengues, entre otros. Es 31 de diciembre, aún quedan algunos  minutos para escuchar Faltan cinco pa´las doce, interpretada por Aníbal Velásquez, autoría de Nestor Zavarce, compositor venezolano. Reconozco que siempre pensé que el autor de éste clásico era nuestro Aníbal, aunque para mí, sea la mejor interpretación del himno de fin de año.

Estos momentos me hacen reflexionar sobre la vida y los seres humanos. 
Cada día termina un año, cada día hay un nuevo comienzo. Sin embargo es necesario un principio y un fin, el alfa y el omega, para que haya un orden cronológico en nuestras vidas. Me remonto entonces a los recuerdos, es necesario recurrir a ellos y la frase que se les escucha a todos los que ya pasamos de 40 años, todo tiempo pasado fue mejor, aunque a las nuevas generaciones no les sea de su agrado.
Esa, la era de los abrazos, de las conversaciones cara a cara, de los pasteles de gallina, de pavo y el toque especial, el cerdo (es el tocino el que le da el gusto decía mi abuela Fausta) no es mentira, los pasteles de ahora son de pollo, sin cerdo y no tienen el mismo sabor. En esos diciembres, no había cena de navidad, solo se esperaba con ansias la llegada del niño Dios y el año nuevo, para vestir la mejor ropa del año. Ese último día , niños, jóvenes y viejos desde muy temprano  amanecían con el ligero sabor del festejo, festejo que se vivía minuto a minuto y a las 7 de la noche ya todos bien cambiados salían a  las puertas de sus casas para lucir la ropa nueva que nos habían comprado. Se disfrutaba en familia, no había tantas luces, ni arbolitos con tantos brillos y tantos adornos, solo los pesebres, con los focos de varios colores, las guirnaldas, la alegría y el entusiasmo que se manifestaba a las doce con los abrazos para desear un feliz año  a todos.

En la actualidad pareciera que los días vuelan, la gente no viven con intensidad las celebraciones, a pesar de la alegría se ha perdido la esencia de celebrar en familia, cada quien teléfono en mano, celebran mandando fotos para que todos los vean. Las fechas especiales se alargan o se acortan, dependiendo del comercio, ahí los medios de comunicación tienen una marcada influencia. Desde noviembre nos anuncian que ya está cerca la navidad y apenas suenan los pitos, colocan música de carnaval, cuando todavía falta la llegada de los Reyes magos.
Ya es 1 de enero de 2019, el tiempo  pasa impasible ante la abrumadora agonía de esa vida agitada que ahora tenemos. Desde éste espacio virtual deseo que  éste nuevo año sea el renacer de buenos y nuevos propósitos para valorar lo simple, lo sencillo, la familia y el amor por todo lo que Dios nos regaló en paz y armonía. Feliz año nuevo para todos!!!

Por: Isabel P. Vargas Lara
Comunicadora Social

jueves, 25 de octubre de 2018

En el olvido...héroes sin reconocimiento.


Era alrededor de las cuatro de la tarde de un día bastante caluroso, cuando a nuestro lado pasó un señor, con su caminar pausado y su camisa a cuadros mojada por el sudor, a lo que comentó mi compañero de tertulia, ahí donde lo ven es dueño de varias hazañas. Las enumeró  e indicó el tiempo en que las realizó, logradas en su juventud, hoy en el ocaso de su vida, pocos se acuerdan de eso. Puse mi mirada en él, me fijé en sus cabellos canosos, su figura un poco robusta y su piel curtida por el sol, como suele suceder con aquellos que trabajan en el campo. Poco podía creer que cerca de nosotros estaba una persona con tantos pergaminos y no fuera reconocida por nadie de los presentes. 
Al acercarse a nosotros, Marceliano nos hizo un recuento de sus logros y peripecias vividas, que en su momento fueron reconocidas y elogiadas, pero que hoy solo quedan en el recuerdo de él… “me pareció a la historia de nuestro gran campeón de boxeo Kid Pambelé“. Que tristeza sentí por él,  ya que los presentes al escuchar sus relatos, lo miraban incrédulos y hasta con un poco de burla por sus ocurrencias,  para algunos sería tal vez el inicio de su etapa senil. Su viaje a Panamá, o la participación en la guerra de los mil días, le daban a él  ese aire de héroe anónimo que la historia no reconocía.
Esa misma historia contada a través de los libros, en la que sus escritos nos cuentan de la tradición oral de cada pueblo y que se ha mantenido en la memoria de los mismos, esa que  nos ha fijado unos héroes que nosotros nunca tuvimos la oportunidad de conocer. Sin embargo hemos venido replicando sus gestas, conquistas  y batallas a lo largo de varios siglos, casos como Napoleón  Bonaparte, Simón Bolívar o Cristóbal Colón, entre otros, a los cuales valoramos e incluso le hacemos monumentos. Hay otros  que la muerte contribuyó a recordarlos eternamente, como la del literato Ernest Hemingway  que pasó de ser una celebridad  a ser una leyenda por su suicidio. 
No esperemos a que esto suceda para reconocer en la persona que tenemos a nuestro lado, sus luchas diarias y sus triunfos obtenidos. Algunos habrán sido deportistas, sindicalistas, campesinos, empresarios, maestros, padres de familias, militares, líderes políticos  y aunque hoy estén en el olvido o en desgracia, son el reflejo de nosotros, nuestro espejo, ya que al final de nuestras vidas de pronto estaremos en su lugar, vendrán  generaciones postreras a evaluar nuestro transitar por la vida, o quizás quedaremos en el olvido de esas memorias que siempre olvidan.

Por: Isabel P. Vargas Lara
Comunicadora Social.